domingo, 25 de mayo de 2008

Fanboy


Fanboy es una de las obras representativas del tandem Aragonés-Evanier. Al igual que pasara con Magnor el Poderoso, ésta también ha sido escrita por Mark Evanier y, al igual que aquella, trata temas relacionados con el mundillo comiquero.
Nuestro protagonista, Finster, es un joven fanático de los tebeos y que además trabaja en una tienda de cómics, por lo que su relación con este mundillo es total... un friki, vamos! Además, es consciente de que él mismo es un personaje de tebeo, por lo que habla con el lector y se vale de los recursos que el medio le ofrece. Mark Evanier, demuestra sus dotes (poco conocidas por el lector español) como excelente escritor de tebeos, sabe hacer uso a la perfección estos recursos y su utilización por parte del personaje resulta fresca y divertida, recordando a la Sensacional Hulka de Byrne.


La historia que escribe Evanier para nuestro protagonista hace que los más fans de los tebeos nos identifiquemos con él: rechazado por su amor platónico, se refugia en su mundo de fantasía... algo que, siendo un personaje de tebeo es mucho más divertido y vistoso. Así, las historias que Finster imagina acompañado de los más importantes superhéroes de DC, sus lectores podemos disfrutarlas también gracias a la mágia del cómic y, para ilustrarlas, a los lápices de Aragonés se suman algunas de las más prestigiosas firmas del cómic norteamericano como Gil Kane, Bruce Timm, Jerry Ordway, Neal Adams, Bernie Wrightson, Frank Miller o Bill Sienkiewicz, entre otros (y nuestro Jordi Bernet también aporta su grano de arena con 2 páginas de auténtico drama carcelario).
Hablaba de los lápices de Aragonés, siempre efectivos, en una historieta de ambiente urbano y con una localización cerrada como es la tienda de cómics de Grudge donde trabaja Finster, y que es donde Sergio disfruta abarrotando las viñetas con portaditas de tebeos y tebeos.

Los tebeos... los cómics... y sus consecuencias. O mejor, las consecuencias que algunos achacan a éstos. De eso también trata Fanboy. Porque en la historia que nos presentan Evanier y Aragonés se muestra como nuestros queridos tebeos sufren el ataque de la opinión pública, por boca del candidato político Jeremiah Kreed, y que lleva a nuestro personaje a juicio. Una vez más nos podemos identificar con el personaje, ya que situaciones similares se han vivido en nuestro país, aún no en los la figura de los cómics pero sí acusaciones a medios como los juegos de Rol o los videojuegos (después de sendos truculentos casos aislados).

A raíz de este incidente, Evanier nos relata mediante un flashback de 2 páginas (dibujado excepcionalmente bien por Marie Severin) la persecución sufrida por los cómics en los años 50 y que supuso el fin para los clásicos cómics de terror editados por la EC, convirtiendo con ello a Fanboy también en un tebeo educativo de historia comiquera.

Y es que, aparte de estas subtramas, la verdadera trama de Fanboy es... una historia de amor. Un folletín romántico con su típico triángulo amoroso, donde Finster ama a Kimberly (la típica animadora superficial) pero estando abstraido en sus fantasías comiqueras es incapaz de darse cuenta de que tiene a la encantadora Sandy que, como si de La Bella y la Bestia se tratase, obvia sus rarezas y se enamora de él, constatando que la belleza se encuentra en el interior. La historia tiene un final feliz y Finster acude al baile de fin de curso con ella, con Sandy, quien descubre que sus desplantes se deben al propio miedo al rechazo que siente Finster. Miedo al rechazo que sufre por su afición a los cómics, poco aceptada por el resto del mundo.
Fanboy es una obra redonda, donde el humor, la fantasía y la moraleja se dan la mano. Además, en su edición americana, se dedicaba la última página a un texto, supuestamente escrito por Finster, donde éste explicaba tanto temas relacionados con el cómic que se presentaba como con sus (supuestas) vivencias personales. Estas páginas de texto fueron excluidas de la edición española, aunque como epílogo, y también firmado por Finster, se resumía / condensaba lo que en ellas explicaba. Todo y así, los dibujos que acompañaban estas páginas no se incluyeron en su edición española, por lo que los reproduzco a continuación para que los más frikis podais disfrutar de ellos.







A pesar de carecer de estas pequeñas ilustraciones, lo que sí tenía la edición española era una portada dibujada especialmente para ello.

Portada y contraportada que reproducía una librería de cómics, con la curiosidad de que todo el material que se reproduce son tebeos patrios, desde portadas de tebeos de autores españoles (Historias Verdes de Vazquez, el TBO o El Jueves por ejemplo), de fanzines (ahí está una portada de Amaníaco) hasta carteles de eventos comiqueros españoles (El Salón del Cómic de Madrid, le del Manga de Hospitalet o las Jornadas del Cómic de Granada). También encontramos un muñeco de Clara de Noche, otro de Magnor y al propio Sergio Aragonés, con su premio del Saló del Cómic de Barcelona en el bolsillo.
Una gozada de portada. Un fin de fiesta que una obra como Fanboy se merece.

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